La importancia de Rubén Castro para el Real Betis, cada partido se hace más notoria. Si ya fue clave en el ascenso, mucha culpa de la permanencia en esta Liga 2015/2016 la va a tener el canario, por no decir toda.
Los números del delantero comparados con los del resto de sus compañeros son demoledores. El único consuelo es que los contados goles del resto de la plantilla verdiblanca han servido para sumar puntos.
Llama la atención la capacidad goleadora de los defensas béticos, y la nula aportación de los delanteros como Jorge Molina, Van Wolfswinkel o el recién llegado Damiao.
Durante la década de los 80 fue un baluarte en el centro del campo rojiblanco, ayudando tanto en defensa como en ataque. Su tiempo en el Calderón se terminó en la temporada 89/90 cuando fichó por RCD Mallorca. 
Apodado "Búfalo" por su juego fuerte y agresivo, el delantero argentino finaliza como máximo artillero de los maños, pero ni así se gana la confianza de Antic. 
Durante la década de los 80 fue el referente ofensivo de los pucelanos, equipo en el que permaneció hasta que descendió en la temporada 91/92, irónicamente el año que más goles hizo con la camiseta blanquivioleta lo que le valió ser internacional con España. 
En la edición 66/67 fue el máximo goleador de la Copa de Europa, pese a que su equipo quedó eliminado por el Dukla Praga en 1/8 de final. 
Tras pasar por el filial rojiblanco, fue cedido al Córdoba CF la temporada 80/81 logrando el ascenso con los califales a 2ª División. 
Se ganó a pulso el apodo de Atila, en parte por su nombre, en parte por su juego aguerrido, desenvolviéndose con destreza en todas las demarcaciones defensivas. 
