El SL Benfica de Guttmann fue el equipo que puso fin a la racha de 5 victorias consecutivas del Real Madrid en la Copa de Europa, conquistando los títulos de 1961 y 1962.
El húngaro llegó a la entidad encarnada la temporada 59/60, procedente del FC Porto con quién se acababa de proclamar campeón de la liga portuguesa.
Al frente de un SL Benfica con jugadores como Eusebio, Aguas o Coluna; se impuso al FC Barcelona en la final de Berna por 3-2, recordada como la de los palos cuadrados.
El segundo entorchado se produjo en el Olímpico de Amsterdam ante el Real Madrid, remontando la ventaja merengue, finalizando con un marcador de de 5-3, cerrado por el mítico Euesbio.
Guttmann dejaría el banquillo lisboeta aquel mismo año tras serle negada su petición de aumento de sueldo. Momento en el que se produjo, aquella lapidaria frase que persigue a SL Benfica en cada final europea que disputa: "El Benfica jamás ganará una copa europea sin mí".
El húngaro llegó a la entidad encarnada la temporada 59/60, procedente del FC Porto con quién se acababa de proclamar campeón de la liga portuguesa. Al frente de un SL Benfica con jugadores como Eusebio, Aguas o Coluna; se impuso al FC Barcelona en la final de Berna por 3-2, recordada como la de los palos cuadrados.
El segundo entorchado se produjo en el Olímpico de Amsterdam ante el Real Madrid, remontando la ventaja merengue, finalizando con un marcador de de 5-3, cerrado por el mítico Euesbio.
Guttmann dejaría el banquillo lisboeta aquel mismo año tras serle negada su petición de aumento de sueldo. Momento en el que se produjo, aquella lapidaria frase que persigue a SL Benfica en cada final europea que disputa: "El Benfica jamás ganará una copa europea sin mí".
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